miércoles, 9 de septiembre de 2009

No basta

Versión amplia del post anterior, para publicar en Séptimo Sentido este domingo13. He retomado algunos conceptos, no necesariamente para aprobarlos, del pensamiento de Giovanni Sartori. Reconozco que hay algo de rabia en algún párrafo; lo espero.

NO BASTA

Reporteros y fotoperiodistas a ambos lados del Atlántico lloran a Christian Poveda; fue ultimado a tiros en una circunstancias que, si bien oficialmente desconocidas, son de fácil recreación para cualquier salvadoreño. No era un hombre temerario, de esos que se arriesgan sin saberlo, sino sólo un hombre que preguntaba para los demás, pese al riesgo.Las maras no son un problema menor; para un creciente porcentaje de la población, es el problema cotidiano, no una ilusión mediática ni un tema de conversación de sobremesa. Entender el fenómeno es menos urgente que proteger a los civiles, y eso no se conseguirá sin rescatar el espacio ciudadano, con lo que eso pueda significar en términos de intervención policial. No es un tema de delincuencia común sino el de la erradicación de un modo de vida que se extiende ominosamente, una subcultura que la mayoría de los salvadoreños detesta.Poveda lo recreó como lo haría un antropólogo porque en efecto, las maras están mudando, de ser una variante delictiva a ser una subcultura; en otras palabras, es un fenómeno que no se resuelve platicando.
Las palabras no bastan. Pedirle a los periódicos la sangre se vea menos sangre, pedir que los ciudadanos denuncien al miserable que llama extorsionándolos “eso sí, con todo respeto”, sugerir a la gente despitolizarse… nada de eso basta. Este es el principal problema de El Salvador, no una escalada de números. Su complejidad no deviene de lo “intrincado” de su naturaleza –habemos no delincuentes y delincuentes; en medio, nada-, ni de que será laborioso “dialogar” con los mareros para alcanzar “unos nuevos acuerdos de paz”. Por Dios. No. Lo verdaderamente complejo es que, para decidir en esta materia, se requiere de un importante capital social, y parece que ni el Estado ni el Gobierno de turno ni el aparato político partidario que lo soporta ni el que lo sabotea tienen interés en recogerlo.
Uno no lo entiende. Por primera vez en la historia salvadoreña, parece que el control del Gobierno y el poder económico están separados, es decir, son entidades fácilmente distinguibles una de la otra. Si los unos ya ganaron la administración de la cosa y los otros reparan en que el cambio de administrador no es el Apocalipsis, ¿no es tiempo de sentarse a pensar en esa inmensa mayoría de todos nosotros a los que no nos interesa el cuánto ni la cosa, sino sólo la paz?
La democracia es “la tiranía” de la mayoría, con respeto a las minorías. En específicas porciones de los 262 municipios de nuestro país, la relación se ha invertido grotescamente, y cada día que pase sin que las autoridades reaccionen, el problema se irá agudizando porque ese ilegal sistema de vida necesita sólo de financiamiento, y si algo no les ha costado es mercadear con el terror. Siempre tendrán un crimen por el cual cobrar.
Señores, olvídense de lo políticamente correcto, de esa ideología sin metafísica que nutre sus banderitas. Volvamos a lo primigenio: si cedemos nuestros derechos al Leviatán, no esperamos de él sino que garantice nuestra libertad a través del gobierno de la ley. Si el monstruo no muerde… ¿quién lo necesita?

4 comentarios:

  1. Saludos.
    En línea con tus comentarios y con la realidad de lo cotidiano de este problema delincuencial, especialmente lo relacionado a las maras, en nuestra empresa hemos sido víctimas, a esta fecha, de más de 200 casos de asalto; sí, más de 200, en dos años de operaciones de distribución al detalle.
    Pero en este último mes, el peor período en lo particular, dos de nuestros vendedores fueron atacados a balazos. Uno de ellos probablemente no podrá caminar en su vida; el otro, fue asesinado junto al agente de seguridad que lo acompañaba en su ruta, en el sector de Ilopango.
    ¿Qué se le puede decir o cómo repararle a la esposa de este vendedor? (Por cierto, una señora con 8 meses de embarazo).
    ¿Qué hacer cuando un derecho fundamental, como es el del trabajo, se violenta y/o se impide?
    Vaya tarea la del gobierno (principalmente), oposición y sociedad civil...
    HRLG

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  2. Lo más lamtentable todo ésto, es que apesar de que las autoridades (y hablo de todas) son concientes de lo que está ocurriendo y prefieren disponer su tiempo en desmentirse entre quien dijo la cifra exacta de secuestros que ha habido en los últimos meses... semanas.
    Cuando van a enter que esta situación ya dejó de ser un asunto de cifras, para volverse en un problema social que nos tiene a todos los ciudadanos de este país con temor; ciudadanos honestos que vivimos para trabajar y trabajamos para vivir.
    Quizá este nuevo Gobierno realmente SÍ CAMBIE las cosas... cuando a uno de los que estén cercada de los que tienen El PODER vivan en carne propia lo que muchos ciudadanos viven todos los días.

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  3. jejeje
    un periodista con un blog!!

    y hasta el lorenzana tiene uno..

    si que hemos cambiado..

    me gusta cuando pensas..
    DECIA UNO POR AHI..

    o decia me gusta cuando cayas..
    NO ME ACUERDO..
    pero

    a veces uno le gusta mas a unos..
    si cayas..y no decis nada..

    ESO SI..
    TE ASEGURO QUE NO TE SUBEN EL SUELDO
    NI TE PONEN DE JEFE DE REDACCION
    DEL DIARIO DE HOY..jejeje

    hay tas mas mejor en el grafico.
    no vaya ser..

    tu sempiterno chero

    el vandelium

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  4. ¿Por qué no apostarle a una especializada unidad en la Policía Nacional Civil antimaras, muy al estilo "Los Intocables" de Eliot Ness, y en medidas más drásticas, como la aprobar la Pena de Muerte? Esto no quiere decir que dejarán de apostarle a la prevención, pero, algo sí es muy cierto. La mayoría de salvadoreños estamos viviendo en carne propia este fenómeno y si no ahcemos algo por remediarlo nos terminaremos desangrando porquito a poco.
    Saludos!

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